No me extraña que Zapatero prefiera irse a rezar a Washington en el desayuno de la oración que desayunarse con las primeras que le está ofreciendo la prensa. Son para cerrar el apetito, pero no sólo el suyo. La última semana ha sido un muestrario del desconcierto del gobierno en materia económica. Las noticias resultan cada día más inquietantes y generan una unanimidad periodística poco corriente, sin excesivas distinciones entre cabeceras que están a años luz en tendencias editoriales. Hay situaciones que no se prestan a la interpretación: el paro registrado superó en enero, por primera vez, los cuatro millones; la Bolsa se ha pegado uno de los mayores batacazos desde que empezó esta crisis; y la reforma de las pensiones, que cambiará las reglas del juego y retrasará dos años la edad de jubilación, han coincidido en la misma semana, en un escenario de inseguridades crecientes, que está llamando la atención de la prensa internacional.
En los análisis no se quita ojo a los diarios de referencia. Que sigan siéndolo supone una muestra de solvencia, frente a los diagnósticos interesados sobre la pérdida de relevancia del papel. Un artículo demoledor de Financial Times en el que se ataca a la falta de estrategia de la política económica en España, un rosario de editoriales críticos y primeras que caen como losas sobre el café del desayuno, confirman que la prensa escrita sigue formando opinión. También buena parte de la que fluye por internet.
Éstas son algunas de las primeras de los últimos días. A la de ‘El Periódico’ se le podría pedir un poco más de riesgo; ya que juega con dios, puede prescindir perfectamente del parece. La de ‘ABC’ emplea el recurso, reservado para ocasiones excepcionales, de cederla por completo al editorial. Con distintos grados, todas inciden en apuntar a la debilidad política ante la grave situación económica.